miércoles, 8 de mayo de 2013

Perdidos en la playa.

Llevábamos planeando toda la semana la escapada de fin de semana, el sol nos había animado a salir por ahí, hacer algo diferente. Cargamos las cosas en el maletero de tu coche y emprendimos el viaje. Sabía una parte del viaje, pero te habías empeñado en que fuese una sorpresa. El hecho de que me hicieras ponerme el bikini a rayas y el vestido negro de playa hacía que me hiciese una idea, pero me moría de ganas por descubrirlo todo de una vez.

Después de media hora conduciendo mientras yo intentaba sonsacarte bien a donde íbamos (de maneras un poco peligrosas al volante) llegamos a unas playas escondidas tras pasar un entramado de árboles. Una inmensa playa se abría ante nosotros, sin mucha gente a nuestro al rededor. Quizás el hecho de que aun estuviéramos a principios de mayo hacía que la gente no terminase de plantearse venir a la playa.

Bajé de un salto dejándote un poco a medias. Me quité el vestido y todo lo que llevaba rápidamente, tirándolo a la arena y salí corriendo a meterme al agua. Tú me mirabas divertido mientras sacabas y acomodabas las cosas. Salí del agua riendo y te abracé por la espalda besándote en el cuello. Me agarraste girándote y me besaste mordiéndome el labio. Susurraste: "Que sepas que no me olvido de lo que has dejado a medias en el coche" y volviste a besarme.

Pasamos toda la mañana entrando y saliendo del agua, disfrutando el sol que nos acompañaba. Comimos unos bocadillos que habíamos preparado y nos tumbamos al sol. Comenzamos a besarnos, riéndonos por el sabor a sal y siguiendo la gracia comenzaste a darme besos por el cuello, colocándote sobre mi. Me pegué un poco más a ti mientras me mordías, dejando una pequeña marca en mi cuello.

Seguiste bajando, despacio, recorriendo la tira de mi bañador mientras ibas tirando de ella con los dientes, llegando a la parte superior de mi pecho. Comenzaste a juguetear con tu lengua, internándola dentro de la ropa sin quitarla, sintiendo como mi piel iba erizándose poco a poco al contacto de tu lengua. A su vez, tus dedos recorrían mis piernas, subiendo y bajando a lo largo de ellas. Pasaste la mano por la zona interna del muslo, rozando casi sin querer mis braguitas.

Tu lengua encontró mi pezón y siguió jugueteando con él mientras tus dedos iban internándose dentro de las bragas. "Hay alguien que está mojadita y no es precisamente porque esté en el agua" susurraste divertido mientras mi pecho se agitaba más a cada movimiento tuyo. Comenzaste a bajar besando mi tripa hasta la cadera y divertido mordiste mis braguitas. Me miraste alzando una ceja mirando mi cara sonrojada y volviste a lo que estabas haciendo.

Pasaste tus labios dando besos por todos lados, internando poco a poco tus dedos dentro de mi, apartando a un lado la poca ropa que tenía. Suspiré fuertemente sintiendo y te oí reír  moviendo despacio tus dedos mientras sentía tu lengua andar cerca. Tu respiración me daba pequeños escalofríos aumentando el ritmo de mi respiración y agitando más el pecho.
De repente te quedaste quieto y subiste riendo a besarme. Me quedé tan sorprendida de dejar de sentir tus caricias ni tu aliento que casi no te devuelvo el beso. Me miraste a los ojos, riendo, pegando tu nariz a la mia. "Te dije que no me olvidaría de la del coche aunque me muera de ganas de follarte ahora mismo." Susurraste dejando que tus labios rozaran los míos mientras hablabas.

Te besé, tomando las riendas y me acomodé sobre ti. Comencé a dejar besitos por tu cuello, mientras mis manos comenzaban a recorrerte. Pegué mi cadera con la tuya, sintiendo tu erección fácilmente, mientras me rozaba con ella, sin dejar de besarte y mordisquearte el cuello. Mientras, tus manos, se ocuparon de desprenderse de la parte de arriba de mi bikini para después manosearme el culo acompañando el movimiento de mi cadera.

Paré un segundo para observar a la gente que había al rededor y no había nadie lo suficientemente cerca como para intuir nada. Con un poco de ansia me levanté un poco para liberar tu polla de ahí, la cual comenzaba a aplastarse y tras masturbarla un poco procedí a penetrarme despacio.

Llevaba todo el día deseándola  y sentirla dentro al fin era glorioso. Comencé a moverme, despacio, mientras sentía tus manos ir de mis tetas a mi cadera y viceversa. El sol me daba en la cara haciéndome sentir genial, era la primera vez que lo hacía en la playa. Te sonreí sintiendo como. Sostenías mi cadera y me penetrabas fuertemente, una, otra, otra y otra más.

Me mordí el labio acallando un poco los gemidos que me estabas provocando. Vale que la gente estuviera relativamente lejos, pero no me apetecía llamar la atención y que nos cortaran todo.
Te sentaste quedándote dentro y me besaste, mientras yo me apretaba bien contra ti, cerrando mis piernas entorno a tu cadera. Comenzaste a penetrarme salvajemente mientras me besabas para ahogar los gemidos. Mis uñas se clavaban a tu espalda fuertemente.

Alternabas ritmos salvajes, con parones de ritmo y embestidas, y a mi eso me volvía loca. Lo sabías. Comenzaste a morderme el cuello, dejando pequeñas marcas, bajando hasta la clavícula y después comenzaste a jugar a morder y chupar mis pezones. Yo seguía moviéndome sobre ti mientras intentaba no gritar demasiado, aunque muchas veces no lo conseguía.

Me abrazaste fuerte y quedándote dentro nos giraste, colocándote encima. Llevaste dos de mis dedos a tu boca y comenzaste a chuparlos para después colocarlos sobre mi clítoris. Sonreíste y comenzaste a embestirme sin previo aviso. Mis dedos se accionaron solos y comenzaron a juguetear con mi clítoris mientras me embestías. Tus labios cubrían los míos para no causar mucho ruido.
Noté como comenzaba a cerrarme cada vez un poco más, y con ello, se volvían más salvajes tus embestidas, pegándote más a mi para sentirte completamente dentro. Comencé a gemir sin poder reprimirme clavando mis manos en tu espalda mientras tú no dejabas de moverte mientras susurrabas en mi oído "disfrútalo".

Noté como me corría, al igual que tú, pero aun te mantuviste un poco más a dentro de mi. Al notar que no te habías corrido te hice tumbarte y comencé a chupártela. Limpiándola bien de mi, absorbiendo la punta, jugueteando con mi lengua sin dejar ni un rinconcito por chupar.

Sonriéndote, cogí tu polla y comencé a juguetear con ella entre mis tetas, apretándolas bien para darte el mayor placer. Cada vez que se asomaba mi lengua la chupaba, haciéndolo cada vez más rápido. Al notar que te ibas a correr, volví a chupártela con esmero, ayudándome con la mano, apretando bien mi boca y mi mano. Absorbiendo la punta, pasando rápidamente la lengua por toda ella.
Acabaste corriéndote en mis tetas y después pasé a limpiartela bien. Mientras tu restregabas toda tu lefa por mis tetas. Me tumbaste a tu lado, abrazándome susurrando "Hoy vas a ser mi zorrita, que sepas, que la follada solo acaba de empezar."