miércoles, 12 de diciembre de 2012

Shh, que nos van a oír. (II)

Mis dedos rápidos se deslizaron hasta tu camisa, ayudando a desabrocharte esos botones que aun se resistían. Tus pantalones cayeron a la vez que la camiseta y sonriendo me alzaste en brazos apoyándome contra el cristal. Pegando tu paquete a la humedad de mis bragas, dejando el vestido subido hasta las caderas. Comenzaste a mordisquear mi cuello mientras notaba como enlazaba mis piernas a tu cadera, pegándote más a mi. Susurré una idea en tu oído y casi sin darme cuenta ya me estabas embistiendo, pegándome a la pared.

Mordí tu hombro ahogando un gemido para después hacerme chupar dos de tus dedos mientras me penetrabas profunda y lentamente. Comencé a chuparlos como si otra parte de tu cuerpo fuera, y adivinando mis pensamientos suspiraste embistiendo fuerte, llevando ambos dedos a mi clítoris. El contacto de ellos hizo que mi vagina se cerrase sobre tu miembro, haciendo que se sintiera mil veces mejor que antes. Mis gemidos se escapaban cuando dejabas de besarme y reías de lado cada vez que se me oía un poco más de la cuenta. No recuerdo cuando tiempo estuviste así, sujetándome contra la pared, clavándome a ella. Moviendo tus dedos rápidamente haciéndome vibrar sintiéndote dentro. Paraste unos segundos, para ver si había conseguido llamar la atención de algún cliente, o incluso de los seguratas, pero al no oír respuesta, me apoyaste en el suelo.

Me puse a cuatro patas delante de ti, alzando mi culito y entre abriendo las piernas. Te miré casi suplicante que siguieras, que tardaras lo menos posible en volver a hacerme vibrar. Haciéndome esperar un poco más, te deleitaste con el espectáculo que se abría ante ti y me penetraste casi sin avisar. Una, otra, otra y otra vez. Sin parar. Escuchando nuestros cuerpos entrechocar, sintiendo nuestros fluidos entremezclarse en uno, intentando ahogar mis gemidos con tus dedos en mi boca, casi sin efecto. Mis dedos se movían con rapidez, haciendo círculos entorno a mi clítoris mientras tu seguías a un ritmo más rápido  deleitándote con las contracciones de mi vagina sobre tu polla. Notaste que estaba a punto de correrme y aceleraste el ritmo, y justo en el ultimo minuto, saliste de mi riendo.

Me besaste y comenzaste a masturbarme con tus dedos. Me agaché entre tus piernas y comencé a comerte, limpiándote bien con mi lengua, sin dejar ni un solo rincón empapado con mi saliva. Apretando mis labios de vez en cuando, alterando los ritmos de mi lengua en la punta. Sorbiendo bien para no perderme nada de ti. Notando como mi cuerpo pide que acabes lo que has empezado. Noto que te tensas y que aprietas la mano tirando de mi pelo, ayudándome a no parar aquello que he empezado. Te miro sonriendo dejándome guiar por ti, escuchando como se te escapa algún pequeño y gutural gemido.

Sonrío parando ante tu cara atónita y me levanto a besarte. Me pego a ti, susurrando a tu oído: "No quiero que acabemos tan pronto, porque si nos tienen que oír  quiero que nos oigan bien". Dije divertida mordisqueando tu cuello, volviendo a masturbarte despacio. Intentando controlar nuestras respiraciones.

3 comentarios:

  1. Me gusta el ritmo que llevan estos últimos relatos. Ya estoy ansioso por leer lo que sigue. ¡No pares!

    ResponderEliminar
  2. buffff muy bueno pelirroja!
    deberia prohibirme leerte en el trabajo que acabo siempre con unos calentones... :P

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.