lunes, 4 de mayo de 2015

Ménage à trois improvisado. (Parte I)


Aún no sé muy bien cómo pasó pero ahí estábamos riendo en el sofá, dos botellas vacías de vino frente a nosotros y tres copas envueltos en sudor. Supongo que fue la acalorada conversación sobre experiencias sexuales, o el simple hecho de que el calor del buen tiempo de estos días y el vino estaban haciendo sus efectos.

Sólo sé que todo comenzó con un juego inocente entre tres amigos, regañándome los dos por llevar vestidos tan cortos sorprendidos por recordar que seguía siendo una chica aunque pasase tanto tiempo con hombres, como vosotros. Me hicisteis levantarme y comenzasteis a jugar con mi vestido, riendo mientras me molestabais para que éste fuera subiendo hasta que os disteis cuenta de que las medias que llevaba eran de esas con liga que paraban en mitad del muslo.

Me reí mientras daba un trago a la copa de vino, y comencé a contonearme escuchando una música que solo estaba en mi cabeza. Te levantaste, acoplándote a mis movimientos haciendo restregar mi culo contra ti. Al segundo se levantó él uniéndose al baile entre risas, mientras vuestras manos comenzaban a recorrer mi cuerpo. Comenzó a besarme mientras tú me dabas pequeños besos por el cuello pegándome más a ti, dejándome notar como iba apareciendo un bulto en tu entrepierna.
Sentí como tus manos se colaban bajo el vuelo de mi vestido y comenzaban a acariciarme por encima de las braguitas.  

Las suyas bajaban los breteles del vestido acariciando el borde mis pechos, para después sacarlos por encima del vestido, sin darme cuenta de que mi sujetador ya había desaparecido. Mi culo se restregaba contra tu paquete, mi mano derecha sobre el suyo intentando aún quedarme de pie mientras empezaba a notar como casi imperceptiblemente mis piernas comenzaban a temblar.
Me llevaste al sofá, me sentaste y sonreíste mientras te desabrochabas los pantalones. En cuestión de segundos apareció tu polla frente a mi, dura por la situación. 

Cogiéndome de la cabeza la acercaste a mi boca rozándome con ella. Comencé a lamerla poco a poco sin dejar de mirarte, cuando una segunda apareció mientras me girabas la cabeza. Lamí la otra dejando la tuya sin atender y con un tirón de pelo me regañaste. Cogí ambas y comencé a masturbarlas con las manos, mientras con mi lengua dejaba lamidas alternas en cada una. Pasando de lamidas a mayores chupadas fui aumentando el ritmo, ayudándome de las manos.

Me paraste tumbándome en el sofá. Él se colocó con su polla frente a mi, para que siguiera comiéndosela, mientras tú, abrías lentamente mis piernas. Pasaste tus dedos frotando sobre mis braguitas húmedas, acompañando el movimiento con pequeños besos en la cara interna del muslo, sintiendo mi impaciencia. Fuiste despacio hasta tu objetivo, dando una gran lamida encima de mis bragas. Apartándolas a un lado sin quitarlas comenzaste a introducir tu lengua en ellas, rozando mi clítoris, haciéndome sentir un escalofrío con ello.

Preveía que iba a ser una gran noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.