lunes, 21 de abril de 2014

¡La cena está lista! (Parte 1)

  
Llevaba todo el día realmente caliente. Como esos días en los que te levantas feliz y cantando, pues caliente. Viendo cualquier escena e imagen como una oportunidad para echar uno de esos polvos inigualables, que se quedarían ahí, en mi cabeza. Encima, el echo de que pulularas cerca no me ayudaba en nada, aunque casi te ruego que te quedaras en casa a estudiar. A estudiarme a mi, claro.

Tras hacer las tareas correspondientes dejé mi cabeza volar en mil y una ideas de sorprenderte cuando llegaras a casa, y que esa noche fuera de lo más memorable que pudiéramos recordar, así que, tumbada en la cama, mientras dejaba juguetear mis deditos dentro de la braguita haciendo mojar mis bragas simplemente se me ocurrió.

De un salto me levanté de la cama y me sumergí en un ir y venir de platos y sartenes en la cocina. Iba a hacerte una de esas cenas que te gustaban, ya que siempre acababas cocinando tú. Me puse el delantal y comencé a hacer una increíble cena mejicana. Una vez hube acabado, me puse tu camiseta favorita, las braguitas de encaje y los calcetines hasta medio muslo.

Llegaste pronto, con cara de cansado, así que te besé mientras te quitaba el abrigo. Me diste un cachete en el culo cuando te diste cuenta de cómo iba vestida, para después pegarme de espaldas a ti, susurrando en mi oído "Parece que alguien busca guerra hoy". Yo reí, y como única respuesta me restregué contra ti, notando como poco a poco ibas poniéndote más duro. Me agarraste por la cintura simulando una embestida y fuimos a cenar.

Durante la cena no dejé de toquetearte por debajo de la mesa con los pies, mientras me reía poniendo cara de buena. Me moría de ganas de acabar para que me follaras durante toda la noche, por eso en cuanto diste por finalizada la cena, tras recoger todo, fui gateando hasta ti. 

Te habías sentado en el sofá al volver de tu ultimo viaje a la cocina, y te mordiste el labio al verme aparecer. Yo, me coloqué entre tus piernas y subí hasta besarte, mientras mis manos comenzaban a presionar en el bulto de tu entrepierna. Fui bajando poco a poco, observando tu cara impaciente, mientras mis dedos desabrochaban tu pantalón, bajándolo junto a tu calzoncillo.  

Comencé a darte besos por la cadera, bajando hasta tu polla y la pegué una gran lamida. De la punta a los huevos, donde dejé mi lengua jugueteando y chupando. Comencé a comerte despacio, desde abajo esta vez, haciendo un zig zag con mi lengua, sin dejar de mirarte sonriente, para después introducir tu poya entera en mi boca mientras mis dedos jugaban con tus huevos. Continué mamando de ti, sin dejar de mover mi lengua cada vez que estabas entero y duro en mi boca, mientras notaba como tus dedos se deslizaban entre mi pelo acompañando el movimiento. 

Paré y subí a besarte sentándome sobre ti, para que sintieras lo mojada que estaba con toda la situación. Sin darme casi cuenta, tomaste las riendas apartando un poco mi braguita y me embestiste sujetando mi cadera con tus manos para pegarme más a ti. Te mordí el hombro sorprendida y tú con un ritmo energico continuaste embistiendome cada vez más rápido mientras mis gemidos iban inundando la sala...

2 comentarios:

  1. Me gustaría saber si lees los comentarios que te escribimos tus seguidores. Nos alegra que hayas vuelto, y más que lo hayas hecho con esta energía. Estoy seguro de que todos nos masturbamos leyendo tus relatos (yo lo hago en tu honor, imaginándote en todos y cada uno de ellos) y deseando que escribas más. Queremos la continuación. ¡¡No nos dejes a medias, porfa!!

    Un fan, que siempre te ha deseado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que leo todos y cada uno de los comentarios, y me encanta lo que leo, sólo que muchas veces no tengo tiempo (como has visto) casi ni de publicar. Me alegra que os guste.
      Ñam ñam.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.